Una ruta por el Biniés escondido y prohibido en el Pirineo Aragonés.

Elemento de protección solar

La localidad de Biniés se halla en la Comarca de la Jacetania a la entrada del Valle de Ansó en el Pirineo Aragonés.  Vigilante, al borde de la corona de Isarri, a unos 680 m. de altitud, sus casas se descuelgan pausadas hasta llegar a la «lurte» del Paretón. Allí, el Río Veral ha labrado durante siglos su trazado conformando la Foz de Biniés. Al fondo del valle, las nieves eternas de Bisaurín, uno de los picos más altos y emblemáticos del Pirineo occidental lo vigilan con la mirada.

Leyendas mágicas de Biniés
Biniés

El río Veral pasa silencioso, trayendo la nieve sempiterna acumulada en el valle y paseándola por sus fértiles huertas. A veces se vuelve de plata como en al foto y es entonces cuando comprendes que su mirada y su vida a lo largo de toda la historia, están cargadas de vida.

El río veral
El río veral

Este post pretende hacer un recorrido visual por la localidad de Biniés en el Pirineo Aragonés a través de dos itinerarios trazados; uno por el Biniés de las «chamineras» y de las grandes portadas en forma de arco de medio punto, y otro, paralelo al mismo y de carácter más etnológico por el Biniés más escondido y prohibido de figuras y elementos de protección contra los malos espíritus.

De portadas y arcos de medio punto

Comenzamos nuestro recorrido en la plaza. La iglesia de Salvador de Biniés nos da la bienvenida a la entrada de la localidad conformando un estrecho callejón de entrada. Es de estilo barroco popular fechada en el XVII. Posee una única nave con capillas laterales. La torre es de planta cuadrada y se halla compuesta por dos cuerpos.

Iglesia en la plaza
Iglesia en la plaza

La plaza de la localidad es inmensa, como si quisiera recoger todos los latidos del pueblo y se convirtiese en su corazón que late.

Si continuamos por la calle Alta, la que lleva al castillo, es allí donde a nuestro paso encontramos un buen número de casas señoriales con portadas de entrada espectaculares.

Casa Sánchez
Casa Sánchez
Portada Casa Maíto
Portada Casa Maíto

La portada de la foto anterior es de Casa Maíto, una de las mejor conservadas de Biniés debido a que casi no ha sido restaurada. Tiene forma de arco de medio punto con herrajes.

Pero la imagen que preside nuestra vista desde que hemos entrado en la calle ésta, la del Castillo Palacio.

Castillo palacio de Biniés
Castillo palacio de Biniés

Hoy en día es propiedad privada pero a pesar de ello es el emblema que da personalidad a la localidad y la distingue del resto. También la puerta de entrada al recinto se realiza por una portada en forma de arco de medio punto.

Aunque no tenemos mucha información certera de él, a buen seguro fue construido con intención de vigilar la entrada al valle por la Foz, allá por el S. X por los francos que pretendían establecer la marca aragonesa. De esa etapa se conserva el torreón descuadrado del trazado original ubicado en la zona norte del recinto. La conformación del Castillo Palacio con su forma actual no llegará hasta el S. XV. Será Felipe de Urriés, de la baronía de Ayerbe quién reciba el señorío de Biniés por su apoyo a la dinastía Trastámara durante el Compromiso de Caspe, lo que supuso la entrada en la Corona de Aragón de un monarca con designio castellano frente a la opción del Conde de Urgell.

Al lado del castillo, una de las casas que más gustan por su sencillez y por el estado de conservación en el que se encuentra  muy fiel a su construcción inicial es Casa Ana. Por su ubicación al lado de éste y porque se halla cerrando el ángulo de la plaza de armas del castillo, a buen seguro que en algún momento dado le perteneció. Es original su portada a dos aguas, la cual conserva muy bien su estructura.

Continuamos nuestro recorrido por las calles de Biniés en busca de mas portadas con arco de medio punto. En nuestro tansitar por las calles llegamos hasta una de las casas mejor rehabilitadas y más imponentes de la localidad. Se trata de casa Clavería, hoy rehabilitada por completo y convertida en vivienda de turismo rural. La inscripción de la clave  nos deja un dato curioso, 1689; a buen seguro el año de su construcción.

Portada de Casa Clavería
Portada de Casa Clavería

Éste es el aspecto exterior de casa Clavería, hoy destinada a Vivienda de Turismo Rural. Las Claverías o los Claveros en muchas localidades eran las casas que se ocupaban de la recaudación en los antiguos monasterios, siendo el clavero una personalidad importante. Esta figura se ve muy bien en la localidad de Santa Cilia de Jaca, en la que todavía se conserva la casa del Clavero del monasterio de San Juan de la Peña. En concreto, ésta de Biniés no sabemos derivará del mismo origen y si en algún momento dado vivió en ella esta personalidad. No olvidemos que en las proximidades de la localidad y a la entrada de la foz se ubicaba el monasterio de San Martín de Cillas, fundado por los carolingios.

Vivienda de Turismo Rural Casa Clavería
Vivienda de Turismo Rural Casa Clavería

Siguiendo por la calle Mayor encontramos casa Fustero y casa Castillo, dos imponentes casas con increíbles portadas en forma de arco de medio punto.

Casa Fustero
Casa Fustero

 

Casa Castillo
Casa Castillo

Entre las dos casas se halla casa Juandara que según J. M. Establés Elduque, debió de pertenecer a una familia de infanzonés documentada ya desde el S. XV. A ella se vincula Vicente Ara y Urux, ilustre personaje el cual estuvo becado en colegio de Santiago de la Universidad de Huesca.

La última de las portadas interesantes que visitar es la de casa Lopez, antigua casa infanzona de los Urux los cuales se halla documentada su existencia desde el S. XV y su residencia en Biniés desde el S. XVII.

Casa López
Casa López

Las «chamineras»

Nuestro recorrido continua atendiendo ahora a las chimeneas, ya que la localidad todavía conserva un buen número de «chamineras» con forma troncocónica, cilíndrica o prismática.

Una de las «chamineras» más impresionantes de la localidad es la de Casa Lopéz. Es una imponente chimenea troncocónica con anillo medial y doble banda de orificios para la salida de humos.

Pero lo que más llama la atención es la ausencia de «espantabruxas» en su parte superior. Seguramente se cayó en un momento dado y ya nadie se acordó de volver a ponérselo.

Chaminera Casa Lopéz
Chaminera Casa Lopéz

 

Otra de las chamineras destacadas de la localidad es la de casa Mariana. En ella se puede leer la inscripción del año de su construcción; 1906. Se trata de una chimenea prismática con paramentos esgrafiados distinta a las anteriormente mencionadas. Según J.M. Establés, en la casa hay elementos decorativos de los S. XVIII y XIX y quizás la chimenea sólo se reformó en esa fecha.

Chaminera de casa Mariana
Chaminera de casa Mariana

 Del Biniés etnológico, escondido y prohibido

Las anteriores fotos y lugares corresponden a un recorrido normal desde una visión etnológica de la localidad; la del Biniés más reconocido. La propuesta del Biniés etnológico, escondido y prohibido hace referencia a detalles etnológico – simbólicos ubicados en las casas, que tienen que ver con algunos aspectos mágicos y de creencias populares pirenaicas.

El Pirineo es tierra de creencias populares ancestrales, asociadas a momentos concretos del año como fenómemos atmosféricos,  tormentas o ritos paganos. Así son numerosos los restos de carácter etnológico ubicados en algunas de las casas de la localidad y que hoy todavía se conservan, conformándose de esta manera la posibilidad de realizar una visita si cabe distinta y más especial al Biniés escondido y prohibido.

Llamadores, espantabrujas, aleros con formas antropomórficas o signos solares son algunos de los elementos de protección más utilizados en las casas pirenaicas para salvaguardarlas de los malos espíritus.

Comenzamos en la plaza. En ella, una de las casas más grandes que la ocupan es casa Fustero. Además de su bella portada en forma de arco de medio punto, destaca su alero de madera con formas animales como la espectacular águila de la foto. También en la plaza destaca el alero de casa Antón, en el que también aparecen labradas formas de animales.

Alero de Casa Antón
Alero de Casa Fustero
Alero de casa Antón
Alero de casa Antón

Los elementos de protección de la casa debían de ubicarse en aberturas como puertas, ventanas, tejados y por supuesto «chamineras» para protegerlos de los malos espíritus que pretendieran colarse por ellos.

Los «espantabruxas» son esas figuras simbólicas de piedra, colocadas en la parte superior de las chimeneas, con forma antropomórfica en muchos casos, para evitar que entrasen las brujas y los malos espíritus que habitaban o merodeaban por los pueblos cuando se acercaba un fin de mundo, a través de hueco descubierto de la chimenea. Los fines de mundo, esos días de tormenta en los que el cielo se torna negro y parece que todo vaya a terminar, son con frecuencia temidos en el ámbito rural pirenaico, llegando a crear leyendas populares y mitos de todo tipo.

También el «espantabruxas» además de la anterior, cumplía una función arquitectónica final, ya que era la piedra que generalmente sujetaba la última de las losas del tejado.

La única de las «chamineras» que en Biniés conservaba un espantabrujas con forma antropomórfica era la de casa Navarro, hoy desaparecida.

Chaminera casa Navarro. Hoy desaparecida
Chaminera casa Navarro. Hoy desaparecida

Los llamadores en las puertas también cumplen una función disuasoria clara ante la entrada de posibles malos espíritus. Y si no mirad este de la puerta de entrada de casa Mariana con forma fálica.

Los elementos de protección con formas sexuales eran habituales en el Pirineo, despertando variedad de teorías y opiniones diversas a cerca del porqué de su uso.

Llamador con forma fálica
Llamador con forma fálica

La entrada a las casas era otro de los lugares a proteger. Así, como puede verse en la foto, abundan en algunas, elementos de protección solar todos ellos vinculados al ámbito pagano, en los dinteles de las puertas y de las ventanas. Éste en concreto de la foto está situado en el suelo de la entrada de casa Mariana.

En esta misma casa, si se presta atención, en varios dinteles de algunas ventanas, todavía se conservan labrados elementos de protección similares al de la foto. Este aspecto explica que la protección de la casa era completa cuando todas sus aberturas estaban protegidas con estos símbolos.

Elemento de protección solar
Elemento de protección solar

Nuestro recorrido por el Biniés menos conocido, escondido y prohibido termina casi donde lo empezamos, en el castillo, pero por la parte de atrás de éste; en su cara norte.

Castillo de Biniés por su cara norte
Castillo de Biniés por su cara norte

Y es que, en una de sus torres, hacia mitad de la arista, una gran símbolo fálico fue esculpido por uno de los canteros durante la construcción de ésta. Seguramente se trata de una marca de cantero o seña de identidad del mismo, cosa habitual en aquella época pues muchos cobraban en función del trabajo realizado y que mejor manera de constatarlo que marcando hasta dónde se había hecho faena. Por otro lado, es difícil que una marca de ese tipo, situada y ubicada en una de las aristas de la torre, quede como una simple marca de cantero. Hay teorías que explican de nuevo la necesidad ascensional y de invocación de la divinidad, dada la ubicación de ésta en ese lugar tan vertical y ascendente como es el de una arista de torre, pero todo esto vuelven a ser teorías ya que nadie estuvimos cuando se esculpió la piedra y no conocemos con qué motivo lo hizo el cantero.

Estos elementos de tipo etnológico –  cultural son solo un botón de muestra que vuelve a poner de manifiesto su abundancia y las creencias de las gentes del Pirineo en mitos y deidades paganas, al margen del control de la iglesia. De este modo, Biniés y el Pirineo se convierten de nuevo en una tierra y en un lugar mágicos, plenos de leyendas, historias y elementos maravillosos que despiertan la curiosidad del que los visita.

Bibliografía utilizada: J.M. Establés Elduque, «Viaje emocional por el Pirineo, de Jaca al Valle de Ansó»