Navasal un viaje emocional al pasado en el Pirineo

San Julián y Santa Basilisa de Navasal, un viaje emocional al corazón del primitivo condado de Aragón.

Navasal es un lugar situado en el término municipal de Echo, Jacetania, en pleno monte, encima de la Foz de Biniés. Es allí donde estaría ubicado un antiguo monasterio anterior a la creación de San Juan de la Peña. Se trata de San Julián y Santa Basilisa de Navasal.

Sus orígenes se adscriben a las primeras décadas del siglo IX, coincidiendo con el nacimiento del condado de Aragón como entidad política. Es entonces cuando se documentan los primeros monasterios de la comarca de Jacetania.

Subir hasta Navasal y recorrer las inmediaciones del viejo monasterio para pasear por su gran pradera y sentir el viento, el silencioso silbido de la soledad, el frío. Recorrer la explanada del viejo cenobio, acercarse hasta los restos derruidos de su vieja iglesia de ábside románico y sentir la energía y el vigor del lugar, son algunas de las acciones que me conectan con el espacio y con la historia que posee.

Este post no pretende hacer un recordatorio histórico del enclave monástico, para eso ya están las fuentes oficiales, lo que quiere es viajar al espacio, recorrerlo y sentirlo. Sólo de ese modo es más fácil entenderlo, contarlo. Saber que es es allí, en ese escondido y recóndito lugar entre montañas, donde se inició parte de la historia del primitivo condado de Aragón, más tarde reino.  Es por ello un viaje increíble.

Nabasal

El monasterio de San Julián y Santa Basilisa de Navasal, un recorrido por los monasterios anteriores a San Juan de la Peña.

Alejadísimo de cualquier fácil acceso (solo se puede llegar a través de una sinuosa pista que cruza el río y parte desde el final de la Foz) siempre me ha encantado todo el terreno que se halla en las inmediaciones de la Borda Capeta y la Borda Marín. Quizás, por lo que ese lugar conserva de virgen, de intacto, o por la dificultad de su acceso, quizás por ello, siempre he pensado que en ese lugar existe una carga de energía especial. Simplemente paseando por él se siente.

Para llegar, se debe de tomar una pista que cruza el río, nada más terminar la Foz de Biniés. Tras ascender durante unos diez minutos llegaremos a una gran pradera en la que encontraremos una Borda con el tejado derruido.

Es un espacio amplio, una gran explanada que contrasta enormemente con lo abrupto del terreno. No en vano, estamos en las faldas del Trueno por su cara norte.

Es, en el centro del gran campo llano, en el que se halla un edificio con un ábside semicircular románico y que podría corresponder a la antigua iglesia del monasterio. Es seguro que se trata del único resto que se conserva de la pequeña iglesia del viejo cenobio de San Julián y Santa Basilisa de Navasal, el viejo monasterio anterior a San Juan de la Peña.

Ábside de la iglesia de Nabasal

Los motivos de su fundación.

No se saben a ciencia cierta los motivos de su fundación pero sabemos que es importante la influencia carolingia en la zona durante el S. VIII y principios del S. IX. De esa influencia se debió de tomar el conocido culto ultrapirenaico a San Martín, tal y como ocurre en Cillas muy próximo a Navasal a la entrada de la Foz de Biniés.

Muchos de los monasterios coetáneos a éste como Fuenfia, Cercito etc, nacen por la propia voluntad de los responsables políticos de la zona o por la voluntad de los propios Reyes pamploneses. Se trata de entidades monásticas que se hallan en los distintos valles, alejadas las unas de las otras y que son poseedoras de tierras y ganado, las únicas fuentes  de riqueza. Son, sin lugar a dudas, los verdaderos organizadores y administradores de la sociedad del momento.

Como decíamos antes, poco se sabe de su creación y fundación. Las primeras noticias verídicas que tenemos son de principios de S IX, del 893, cuando el Conde aragonés Galindo invita al Rey de Pamplona a reconocer y precisar sus términos.  Aunque el documento habla de que el sitio se encontraría derruido por lo que parece indicar que ya existiría anteriormente.

Con posterioridad, tanto este monasterio como Cillas, al inicio de la Foz y el resto de cenobios, se van a integrar en centros de más importancia como es el caso de San Juan de la Peña.

Claves de la visita. Seguramente no existen. Motivaciones, han de ser fuertes y potentes pues el legado existente que se conserva es escaso, con el viejo ábside la derruida iglesia como único ejemplo. Pero las claves de todo ello seguramente se hallan en el interior de uno mismo. Como conocedor del sitio, este es mi pequeño homenaje. Si eres desconocedor del espacio y has llegado leyendo hasta aquí, mi recomendación es que te armes de paciencia y que esperes hasta verano, cuando el agua del río haya bajado, para hacerte con un potente todoterreno y subir la pista que cruza el río. Es entonces cuando entenderás el porqué de la singularidad de este lugar. Y es que, sobran las palabras.

Bibliografía:

-Los Monasterios Medievales. A.I.Lapeña Paúl, en Comarca de la Jacetania Colección Territorio, Gobierno de Aragón.

Galería fotográfica.